martes, 25 de octubre de 2011

Los temas de la poesía gauchesca

Los contenidos temáticos de la lírica criolla pueden agruparse distinguiendo los que responden a una mostración de sus vivencias espirituales propias; de aquellos que en realidad utilizan su figura como instrumento de difusión entre otros grupos sociales, ya sea de sus caracteres culturales o especialmente su condición comparativa en la sociedad contemporánea, para propiciar una forma de denuncia política o una reinvindicación de sus valores propios o simbólicos — y un contenido implícito de exaltación como ideales para toda la sociedad.
Entre los temas referidos a la propia condición humana del gaucho, existen algunos que cabe considerar de carácter universal, y otros más directamente vinculados a su estilo de vida, tales como:
·         El amor , trasuntado tanto en relación a la mujer — desde que las expresiones de la lírica criolla son esencialmente masculinas — tanto enfocada en un plano de afecto y dicha, como en el plano de la frustración y el desencanto ante su infidelidad; como también por la separación impuesta por las circunstancias de su vida.
·         La paternidad, expresada en el afecto, el sentido de responsabilidad para con los hijos, el lamento ante el obligado alejamiento y abandono derivado de esas mismas circunstancias.
·         La soledad, resultante de la pérdida de la convivencia con sus seres queridos, o por la falta de afectos.
·         La amistad, valorada principalmente como un sentimiento viril, como impulso de colaboración y sacrificio hacia el amigo, especialmente en circunstancias extremas del tipo de las de la pelea; o como factor de apoyo material y principalmente espiritual, en los momentos difíciles.
·         La valentía, especialmente en el enfrentamiento de las tareas riesgosas como la doma de los caballos; en la pelea individual, o en el combate con las partidas de la autoridad o los indígenas.
·         La muerte, no tanto como una preocupación personal sino como una causa de remordimiento por haberla causado injustamente; y por la condición de los muertos violentamente para los que no se han realizado las debidas honras funerarias, convertidos por tal motivo en almas en pena, espíritus carentes del descanso eterno.
·         El ambiente social, frecuentemente centrado en la vida de la pulpería, con su propietario aprovechador que compra barato y vende caro en el trueque de productos como los cueros por provisiones o bebidas; la práctica del juego de barajas y sus trampas, el juego de la “taba” — consistente en arrojar al aire un pequeño hueso vacuno y apostar a la forma de caída — o las “pencas” o carreras a caballo; todo ello culminado frecuentemente en duelos a cuchillo y muertes violentas, injustas y desproporcionadas con los motivos originales del conflicto.
Los temas de trasfondo político o social, tanto son tratados como descripción de una realidad de la época relativa a la figura del gaucho o como forma de crítica de esa realidad; o — como ocurre principalmente en el “Martín Fierro” —con un objetivo más amplio de denuncia hacia los integrantes de la autoridad sea judicial, policial o militar, a los caudillos políticos; o, en general, a la situación de la sociedad, propia de épocas de rápida modernización y las consiguientes dificultades de adaptación de ciertos grupos humanos. Por eso mismo, no deja de percibirse que, a pesar de su valor artístico y en todo caso testimonial, implican en buena medida una actitud de impugnación del progreso y la modernización de la sociedad, que, en definitiva, siempre resultó ineludible tanto como positiva.
Estos temas son presentados siempre en términos de contrastación absoluta, efectuando una contraposición sin matices intermedios, en que se divide el mundo en dos bandos uno de los cuales - el propio - reúne todas las virtudes en tanto el opuesto tiene todos los defectos; como resultado de la actitud evidentemente reinvindicativa y en consecuencia de la visión unilateralizada de la sociedad que se trata de presentar, valorizando al gaucho en oposición a otros sectores sociales. Entre esos temas, básicamente propuestos en forma no explícita pero sí muy directamente aludidos como resultante, cabe mencionar:
·         La “disgracia”, como la circunstancia determinante de la situación individual del gaucho, por lo general producto de un acto delictivo derivado de la compulsión injusta (como la deserción del reclutado a la fuerza en la “leva”); o de un acto propio realizado bajo influencia de la pérdida de control por efecto de la ira y frecuentemente de la embriaguez (como las “muertes” en peleas singulares o “duelos criollos”). Hechos de los que luego deriva el colocarse en situación de perseguido por la autoridad, y la comisión de otros delitos como el convertirse en “matrero” (ladrón de ganado para carnear, comer y cuerear), etc. Situación en que, por lo tanto, el gaucho es eximido subjetivamente de la culpa por sus actos irregulares, en base a sus orígenes injustos o a las consecuencias infortunadas que les siguieron, y a la atribución implícita de una causalidad inicial ajena a su propia responsabilidad principalmente fincada en su falta de instrucción; produciendo una reacción de simpatía hacia él — que en sustancia no se justifica y explota un sentimentalismo meramente compasivo — a pesar de esas inconductas, que no se presentan como resultado de su libre albedrío.
·         La autoridad — ya se personifique en el Juez o el Comisario de policía, o en los Jefes militares (el Mayor o el Coronel) — a los cuales se presenta siempre, en forma prejuiciada — como injustamente represivo, o abusador, expoliador y arbitrario, que aplican la ley siempre en contra de los humildes; y están siempre en connivencia con los personajes políticos que solamente se preocupan por obtener el voto en las elecciones.
·         El maniqueísmo social emergente de una absoluta contraposición entre buenos y malos como equivalentes de ricos y pobres. La situación del gaucho, que se expone, nunca es presentada como consecuencia de su falta de inserción en las estructuras cambiantes de la sociedad, en la cual el gaucho no logra encontrar una ubicación y a lo cual sería preciso buscar un remedio. Se la considera deliberadamente causada por todos los que ocupan una posición orgánica, que se presentan como moralmente inferiores, carentes de sus virtudes de hombría y habilidad, aprovechadores, desleales, etc.; sin que aparezcan personajes que ejerzan la autoridad con respeto o justicia.
La ambivalencia moral, prácticamente la amoralidad, conformada por la circunstancia de que, por un lado, se exaltan en el prototipo idealizado del gaucho valores considerados virtuosos, como la valentía, la amistad, el afecto hacia los hijos, el temor religioso; mientras frecuentemente los mismos personajes exhiben graves defectos de conducta que se dan por justificables, como la inclinación al alcohol, una tendencia a la holgazanería, la “viveza criolla” lindante con el fraude, el no respeto de la propiedad ajena, la agresividad y la violencia provocativa del homicidio.

Instrumentos formales de la poesía gauchesca

·         Las formas versificadas de expresión de la lírica gauchesca están claramente influidas por su vinculación originaria al canto de un solista que se acompaña con la guitarra; y a los contenidos de su temática.
·         La métrica es fundamentalmente el octosílabo tradicional del romancero hispano; que se presta para los ritmos musicales de la guitarra y para imprimir a la expresión un intenso dinamismo y agilidad.
·         La estrofa también guarda estrecha relación con el carácter de brevedad y a menudo la búsqueda de un efecto de sorpresa, por lo cual la más corriente — sobre todo para las obras de extensión — ha sido la cuarteta.
Otra modalidad estrófica muy utilizada en la poesía gauchesca, ha sido aquella de las décimas o series de diez versos; frecuentemente precedidos de una cuarteta que repite los últimos cuatro versos de la décima; forma denominada trovo especialmente apropiada para las obras cortas a menudo distribuídas en hojas sueltas.
En algunos casos — siendo el más notorio el del “Martín Fierro” — se ha empleado la sextilla conformada por una décima a la que se eliminan los primeros cuatro versos, para mantener la estructura de la rima original de las décimas.
Por lo que se refiere a la rima, predomina ampliamente la consonante; siendo el ritmo, más usual el que rima los versos segundo y cuarto, dejando libres los versos primero y tercero. En el caso del “Martín Fierro” las sextillas siguen generalmente un patrón de ritmo -AABBA, y también -AABAB.
Puede hacerse una clasificación general de la lírica gauchesca atendiendo al tipo de obras, en que cabe mencionar:
·         Los diálogos, que generalmente presentan un relato bajo la forma de un personaje que conoció los hechos y los cuenta a un interlocutor que realiza sus comentarios; cuyos principales representantes son Hidalgo, Ascasubi, Del Campo y Lussich.
·         Las payadas, consistentes en una confrontación de habilidades de improvisación entre dos cantores, a partir de un juego de alardes iniciales y de ulteriores preguntas y respuestas, para lo cual se turnan, procurándose una final decisión de cuál ha sido el triunfador. El ejemplo más accesible está contenido en “La vuelta de Martín Fierro” en que este personaje se enfrenta con el hermano de “el negro” al que había dado muerte en un baile. También existen publicadas algunas payadas, sobre todo de los últimos payadores argentinos de la época gauchesca, como Gabino Ezeiza y Juan de Nava.
·         Los cielitos, que en realidad son bailes cantados, de coreografía colectiva, integrados por cuartetas octosílabas que riman 2º con 4º, y que contienen un estribillo en que en diversas formas se incluyen las palabras cielo, o cielito. Sus expresiones más típicas son los cielitos de Hidalgo, así como otros de autores anónimos, que trasuntan en su temática.
·         La media caña, otra forma de baile cantado, que tuvo auge con la obra de Ascasubi.
·         El pericón, que ha perdurado como la típica danza tradicional criolla, especialmente cultivada por las sociedades tradicionalistas, caracterizado por una serie de evoluciones colectivas que se interrumpen para dar lugar a un cruce de “relaciones” - constituídas por una cuarteta octosilábica - entre los componentes de cada una de las parejas que danzan, que se suponen improvisadas, con un contenido jocoso basado en un inicial requiebro galante por parte del hombre (el gaucho), contestado en forma desdeñosa y ridiculizante por la mujer (la “china”), que da lugar a estruendosos festejos y breves comentarios, tras lo cual se reanudan las evoluciones del grupo y tras ellas una nueva interrupción.
·         El parte, que simula ser un informe militar secreto, generalmente de contenido jocoso; de lo cual los ejemplos antiguos principales son el “El parte de Echagüe”, de Ascasubi; y su “Respuesta”.

La Poesia Gauchesca

POESÍA GAUCHESCA
La poesía gauchesca es uno de los acontecimientos más singulares que la historia de la literatura registra. No se trata, como su nombre puede sugerir, de una poesía hecha por gauchos; personas educadas, señores de Buenos Aires o de Montevideo, la compusieron y que habiendo participado de diversas formas en la vivencia del medio gauchesco, y también habiendo desarrollado una especial valoración de lo que representaba ese medio en diversos aspectos éticos o estéticos, recurrieron a las formas literarias y a los instrumentos artísticos para su presentación. A pesar de este origen culto, la poesía gauchesca es genuinamente popular.
Si bien es cierto que expresiones versificadas surgieron espontáneamente en el ambiente rural de los gauchos — especialmente ligadas al canto con la guitarra — ellas no llegaron a conformar una cultura folklórica tradicional; sino que lo que constituye el fondo cultural integrado por la poesía gauchesca es esencialmente el resultado de una obra deliberadamente producida por autores de origen urbano, que a menudo compartieron el deseo de describir el medio físico y social del gaucho con el interés de valerse de ello como instrumento de propagación de opiniones, frecuentemente por motivaciones políticas.
Esos antecedentes espontáneos de la lírica gauchesca practicamente no subsisten, por haber sido obras no escritas, de autores anónimos.
Además del obvio contenido referido al ambiente gauchesco, lo que caracteriza a la poesía gauchesca es el empleo de un lenguaje, que destaca la diferenciación respecto del español puro, en base al empleo de expresiones y también de inflexiones propias del habla del gaucho. A pesar de que — sin existir una documentación fiel de la expresividad oral de los gauchos — esas modalidades hayan sido generalmente admitidas como las utilizadas por ellos, sin que posiblemente hubieran sido conocidas de antemano por muchos de quienes las leían o escuchaban. Es muy posible, además, que en cierto grado la expresividad oral real de los gauchos haya sido de alguna manera acentuada o atenuada por los autores, con fines de agregar notas pintorescas a sus personajes como de hacerlas más accesibles al público; cuando no para ajustarse a los requisitos de las propias formas versificadas empleadas.
Otro signo característico de la lírica gauchesca, la constituye un contenido en que abundan ciertos elementos, tales como las reflexiones de índole sentenciosa donde se postulan conclusiones generalmente pesimistas o de finalidad preventiva, acerca de las cuestiones de la vida y relaciones del hombre con otros o con la sociedad. Como así también la frecuente intercalación de elementos jocosos generalmente ridiculizando actitudes o personas; y entre estas últimas un tipo de metáforas que a la vez que cumplen su finalidad ilustrativa del sentido de lo que se expone, se caracterizan por emplear elementos propios de la vida del campo y del gaucho, a menudo con el contenido ingenioso, inesperado y gracioso que es lo más propio de las “comparancias”.